Pequeñas donaciones para estas fiestas

No hace falta ser un gran detective para darse cuenta de que las fiestas navideñas son época de regalos. Los minoristas, desde las joyerías hasta los fabricantes de automóviles, lo han dejado dolorosamente claro al inundar las ondas y el ciberespacio con imágenes de preciosas pulseras de diamantes y coches de lujo con gigantescos lazos rojos. Y aunque a muchos de nosotros nos encantaría agasajar a nuestros seres queridos con regalos bonitos y caros, no es posible económicamente.

Pero quienes entienden el verdadero significado de las fiestas saben que no es necesario gastar grandes cantidades de dinero para experimentar la alegría de regalar. Hay muchas pequeñas formas de retribuir y marcar una gran diferencia en la vida de los demás. Aquí tienes algunas sugerencias sobre cómo dar:

• Recoge productos enlatados y otros alimentos y llévalos a una despensa.
• Dona abrigos y botas viejos a un refugio. El invierno puede ser frío y duro para muchas familias con dificultades.
• Visita a ancianos en residencias. Las vacaciones pueden ser una época muy solitaria para muchas personas.
• Invita a alguien a un café en la cola del autoservicio.
• Palear la entrada o el camino de un vecino anciano.
• Escribe una carta o haz una tarjeta de agradecimiento a alguien que te importe.
• Recoge y dona juguetes para niños menos afortunados o niños hospitalizados.
• Hornea una tarta o galletas para un vecino.
• Haz un acto de bondad por alguien e invítale a hacer lo mismo por otra persona. Empezarás una cadena de bondad.
• Ofrécete como voluntario en una despensa de alimentos o en un albergue para personas sin hogar e invita a tus familiares a que se unan a ti. Formarás un gran vínculo de bondad.
• Lee a un niño.
• Sonríe y saluda a todas las personas con las que te cruces.
• Envía una tarjeta o una carta a un soldado que esté lejos de casa.
• Recoge la basura para mantener limpia tu comunidad.
• Comparte tus habilidades. Si eres experto en algún campo, como redacción de currículos, clases particulares, cocina, etc., ofrece tu tiempo para ayudar a otras personas que puedan beneficiarse de tus conocimientos.
• Llama o escribe a un amigo o familiar al que hace tiempo que no ves.
• Empieza a dar hoy mismo.

De nuevo, no hace falta mucho para dar; todo lo que necesitas es un corazón abierto. Y eso es un regalo que no tiene precio.